Llega el otoño
con su belleza decadente y poderosa.
El cielo luminoso
deja de serlo y
la oscuridad difumina los contornos
jugando al engaño.
La vida se refugia
tras las puertas y ventanas,
ahora cerradas.
ahora cerradas.
Fuera, el tiempo sigue pasando
aunque el tic-tac del reloj parezca más lento
en la repisa a media luz del mueble del salón.
Casa abandonada en el Raval de Sant Joan (Sarral) |