sábado, 30 de diciembre de 2017

Pedazos

Me he roto en pedazos, 
y los he vuelto a reunir
con paciencia, con mimo,
con todo el cuidado del que soy capaz,
convenciéndome a mí misma 
de que todo volverá a ser igual,
que cada pieza encajará en su lugar.
Pero los fragmentos nunca quedan 
perfectamente unidos, como antes.
Y por esas rendijas
se escapan 
suspiros,
tímidas sonrisas,
vienen y van amigos,
miradas perdidas,
indeseadas despedidas…

Rinconcito de una calle en Vimbodí

lunes, 3 de julio de 2017

Tú o yo

No eras tú
sino yo,
que te amaba, 
cuando tú ni siquiera conocías
el significado de aquella palabra.

Iglesia de Santa Maria la Mayor - Montblanc

martes, 30 de mayo de 2017

En un instante

Y en un instante, tú
y en un instante, yo;
pero ¿y si no coincidimos
en ese preciso instante?
Todo el resto del tiempo
habrá sido en balde.

Ruinas del castillo de Sta. Perpetua de Gaià

lunes, 17 de abril de 2017

La condena

Las rejas que me protegían 
fueron también mi prisión.
Nadie me convencerá de lo contrario;
soy consciente de haberte perdido
sin remedio.
No podemos volver al pasado
y debo cumplir la condena de tu olvido.

Un día tomamos caminos opuestos
y cuando nos dimos cuenta
yo buscaba luz,
tú eras oscuridad,
yo quería paz
y tú, guerra.
Aguardé con la esperanza
de que todo volviese a ser como antes,
cuando no nos hacían falta las palabras
para entendernos,
para hablarnos 
aun antes de encontrarnos.
Recorrimos juntas tantos caminos...

Sin embargo, las palabras no regresaron
y se instaló el silencio,
se hizo tan denso que me ahogaba, 
pero aun así no grité. Debí hacerlo.
Tu ausencia se fue prolongando,
y la pena fue creciendo  
hasta marchitarlo todo.


Detalle de una fachada del carrer Major - Montblanc

miércoles, 8 de marzo de 2017

Ausencia

Te has ido
sin hacer ruido,
y tu vacío 
llena mi alma.
Te has ido
dejando el cielo
cubierto de nubes,
que impiden ver el horizonte.
Tu último aliento
me dejó sin respiración
y tu adiós no cesa en mis oídos,
sordos a cualquier consuelo.
No creí
que fueses a marcharte así,
a media tarde,
de un suave día de otoño.
Tu marcha debía coincidir
con tu amada 
y añorada lluvia,
que arrastraría con ella todas las lágrimas.

Puesta de sol en la Conca de Barberà