un boceto a carboncillo
en el reverso de una página
del cuaderno de un aprendiz.
Esperamos, pacientes,
ver nuestras figuras en el lienzo.
La tela ya descansa en un rincón
de la habitación.
las figuras se van desdibujando
hasta dejar solo un recuerdo gris sobre el papel.
Y deseo que sea ayer,
cuando todavía éramos tú y yo,
y que aquel boceto
no se hunda bajo otros bocetos,
de otros tú y otros yo,
que también fueron
y ya no son.
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