Se alborotan las hojas a su paso,
tintinean alegres cuando las saca a bailar
y las agita entre sus brazos.
El viento juega a despistar
mientras coquetea con unas y con otras,
con todas.
Al final se va por donde ha venido,
solo, sin más compañía
que su propio silbido.
Pinar y viñedos al fondo en el "tossal de la Bala" (Pira) |