Las que dices
y las que callas.
certeras
y alcanzan mis oídos,
que intentan esquivarlas.
de tus labios
y las desterradas,
ambas deseando ser dichas.
escapando esquivas de tu boca,
y también las que queman,
salidas de tu infierno particular.
a medio decir y que echo de menos,
y las palabras muertas,
silenciadas ya para siempre.
y por fin llega el silencio,
entonces son mis lágrimas
las que hablan.
Rótulo antiguo en el cementerio de Barberà de la Conca |