viernes, 18 de julio de 2014

Tras la ventana


Parapetada, como un centinela tras la ventana,
veía pasar la vida 
desde la seguridad del terreno conocido
pero sin la emoción de descubrir.

Las estaciones se sucedían al otro lado:
el trigo crecía y se iba dorando
conforme avanzaba el verano,
las hojas de la parra del jardín 
se tornaban primero rojas
y luego ocres al final del otoño 
para finalmente caer, 
los finísimos tallos de la hortensia
temblaban desnudos en el frío invierno.

Y yo seguía tras la ventana,
viendo la vida pasar 
desde una bella jaula dorada.
Jardín abandonado (Montblanc)

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